martes, 5 de agosto de 2008
Excluye a 80% de campesinos la "incluyente" alianza para el campo
Frente a la alianza “amplia e incluyente” que el presidente Felipe Calderón estableció con el Consejo Nacional Agropecuario para promover la siembra y comercialización de maíz transgénico en México, la campaña nacional Sin maíz no hay país exigió al gobierno federal un debate público nacional en el que todos los mexicanos manifiesten su opinión a fin de decidir si es o no necesario el uso de semillas genéticamente modificadas para abatir la crisis alimentaria.
La campaña Sin maíz no hay país constató que el gobierno federal no ha tomado en cuenta las opiniones ciudadanas vertidas en diversos oficios y múltiples documentos respaldados por centenares de firmas de organizaciones campesinas, indígenas, ambientalistas, intelectuales, científicos, artistas y personas preocupadas por el campo mexicano y por su alimentación, que fueron enviadas desde 2006, señalaron las organizaciones Semillas de Vida, Grupo de Estudios Ambientales, Greenpeace México y el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas.
Para abatir la crisis alimentaria, Felipe Calderón decide promover los cultivos transgénicos en nuestro país, a pesar de que esto sólo beneficia a los monopolios, promueve la especulación y la privatización del maíz. Prueba de eso es que en días pasados se reunió con el Consejo Nacional Agropecuario para promover una alianza “amplia e incluyente” con los más poderosos agroindustriales -Cargill, Minsa y Monsanto- a fin de legalizar la siembra de maíz transgénico en nuestro país.
Cabe señalar que esta "amplia e incluyente alianza" beneficiará principalmente a Monsanto, corporación que detenta 90 por ciento de las patentes de este tipo de semillas en todo el mundo. Aun cuando se cuenta con numerosos estudios científicos que demuestran que los transgénicos no incrementan los rendimientos de las cosechas, el gobierno federal, en mancuerna con las transnacionales, nos miente con la promesa de que esos cultivos sí incrementarán la producción de alimentos.
Para saber más:
* Las empresas que producen las semillas híbridas que se consumen en México -20 por ciento del total que se utiliza en el país-, en particular Monsanto, sólo piensan en sus propios intereses económicos: el año pasado realizaron prácticas comerciales desleales al negarle a las organizaciones campesinas la compra adelantada de semillas bajo un programa que publicitaron ampliamente, a pesar de que ya se las habían pagado, esto con el objetivo de especular con el precio de las semillas.
*En tanto, en el periodo que va de abril de 2007 a marzo de 2008, el costo de las semillas importadas se duplicó de acuerdo con datos del Banco de México y en el mes de marzo Monsanto aumentó, por tercera vez, su ganancia gracias a la fuerte demanda de semillas.
*Recientemente, el gobierno de Austria prohibió la importación del maíz MON 863, producido por Monsanto, basándose en un nuevo estudio científico que demuestra que esa variedad transgénica no debió aprobarse para siembra, consumo humano o animal. El estudio reporta que las ratas alimentadas con el maíz MON 863 presentaron cambios en la composición de su sangre y daños en órganos internos, con altos índices de toxicidad en hígado y riñones.
— Greenpeace México
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